miércoles, 13 de agosto de 2025

 


        MATASUEGRAS

        Y a cuento de qué viene el matasuegras en verano. No tenéis por qué saberlo y quiero compartirlo con vosotras, vosotros. Ese simple juguete, en una celebración de onomástica, a mitad de julio, la necesidad de expresarme. 

        Según el diccionario, matasuegras es  un tubo de papel enrollado con una boquilla en un extremo. Al soplar con un silbido se desenrosca generando un sonido fuerte, repentino y brusco. Se utiliza para hacer ruido y gastar bromas. En castellano, acabó la denominación de ese artículo de cotillón y pasó de ser “lengua de suegra” a un “matasuegras”; muchas personas lo usaban para asustar a las abuelas o madres políticas, sobre todo cuando estaban adormiladas. 

        Sobre todo a final del siglo XX era junto a unos juguetes de madera y luego de plástico que giraban cuando asidos de un palo en la mano, se le daba vueltas y sonaban de manera ruidosa y estridente (no recuerdo cómo se llaman exactamente), los triquitraques que eran fósforos pegados en tiras de papel bastante gruesos y se golpeaban contra el suelo y salían chispas, nos encantaba y también daba un poco de susto. O el juego de la bola loca, el hula hoop, el balón de siempre...

        Para utilizar el matasuegras solo hay que soplar y un acto tan simple y sencillo no lo es para quien está convaleciente de alguna enfermedad o no puede por su limitada capacidad pulmonar.

       Un espacio diferente, una amiga muy especial, un entorno cuidado para su celebración, un amor generoso, incondicional, el tenerse uno al otro,  hace que la Vida cobre sentido y más allá de su mirada, está todo lo demás.

       Mi madre decía “¡¡para morirse solo había que estar vivo!! y yo le decía: Anda mamá qué barbaridad. Con los años aprendí los significados que podría tener la frase. Para lo que sea, hay opciones de una u otra cosa o de varias si se diera el caso. 

       En esta ocasión lo que tomo de la expresión de mi madre es el significado de que sabemos que hoy, que escribo esto y tú, que lo leas cuando sea, solo existe este instante en que yo escribo y tú lees y que lo demás, es añadidura. Para que haya día existe la noche, para el viento está la calma, para la lluvia, la sequía, para la muerte, la vida; para la salud, la enfermedad y podría seguir nombrado contrarios, se haría largo y tedioso. No es lo que pretendo.

       La Vida sorprende. Google apunta que “sorprender” es conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible. Tienes proyectos o no, el curro que crees que es para siempre y suceden situaciones que no esperas y te cambia la vida en un pis pas, familia, gente a la que visitar o llamar por teléfono, visitar ciudades nuevas, quedar con amigas, amigos...buscar curro, hacer cursos online, cuidar de familiares mayores: mamis o papis o tías, tíos... en fin que tu tienes organizado tu MUNDO  y ocurre algo, a veces un simple aleteo y el castillo desaparece. Lo que sí importa y es importante el apoyo de las personas que tienes a tu lado, su cariño, amor y entrega, el aceptar lo que va llegando aunque no sabes nunca cuál va a ser el final ni qué viene después. Los acontecimientos se suceden unos a otros como en una rueda de molino y lo que ocurre en cada vuelta es un viaje en la montaña rusa de pensamientos, emociones, sentimientos en la que se convierte tu actualidad y la de los que te rodean. La incertidumbre, los tiempos sin tiempo, la espera sin saber a ciencia cierta si volverás a verle. El miedo, la locura de lo que ves que se te avecina, el llanto silencioso y la enorme tristeza del pensamiento por la pérdida aunque no sea evidente. Anticipamos recuerdos, dolor y ciertos sufrimientos que nos llevan a niveles de pensamientos que nos obligan a pensar de nuevo,  lo que no queremos y a menudo, no somos capaces de detenerlos. Y solo hay que parar, pararse y escuchar, escucharse.

       Otras veces, sí. Otras veces, sucede la Vida y aunque en un primer momento sorprenda, reconoces que es como tiene que ser. Dentro de la injusticia, del dolor, de la alegría, tristeza...ríes, lloras, suspiras, te reconfortas y agradeces o no, no pasa nada. Es valiente sobreponerse a lo inesperado y a la adversidad.

       En un momento dado que tampoco cuantificas, ya no piensas ni siquiera en lo que ha pasado para llegar hasta este momento, un instante donde solo existe el presente, el ahora y mira que nunca has sido de esas cosas del presente, la meditación ...eso no es para mí has pensado en alguna ocasión. Y en las circunstancias actuales, precisamente el quedarte en el momento presente con la paciencia, la constancia, la fe, el amor, el dibujo y bueno, la ayuda médica, los especialistas, tratamientos y el día a día donde cada uno es una  oportunidad de Vida, de agradecer, de tenerte cerca, de poderte mirar ya que puedes abrir tus ojos, de conversar ahora que ya puedes ir expresándote con las palabras. 

       El dibujo, los colores, la motivación de encontrarme, encontrarnos mejor. Para dibujar he de tener fuerza en la pinza del dedo índice y el pulgar. Eso tiene su proceso al igual que para soplar, en este caso con el matasuegras que irrumpe con su sonido chirriante y potente que promueve la algarabía y el jaleo. 

      Hubo algarabía y jaleo, regalos, abrazos, ánimo festivo en un espacio diferente donde la Vida se renueva a cada momento. Comimos tarta y bebimos espumoso para brindar por mi amiga, para brindar con los amigos, para brindar por nosotras y por cada uno, una que compartimos aquella celebración.

     Gracias querida Carmen por Ser, por compartir por ir recuperándote poco a poco y permitirme estar en tu vida. Desde el corazón, Eire.

 


 

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