jueves, 26 de noviembre de 2020

TE AMO.


 


                     Amarte creo que ha sido de lo mejor que me ha pasado en esta vida. Me ha descubierto como mujer en el deseo, en la premura de los tiempos, en la sinrazón de la emoción, la pérdida del control. Reconocer que cuando estás cerca de ella, la piel se te eriza, el olor, el tacto. Esa sensación agradable que surge a partir de ese momento en que las palabras ya no tienen sentido y el corazón late fuerte que lo notan hasta los pajarillos del balcón.  

                    ¿Ahora que hago con tanto amor por dar? ¿y ahora, cómo vas a alejarte? 
¿cómo voy a alejarme?
                   Cosa más absurda que dos personas que se aman, una ama, la otra quiere, tengan que marcharse y olvidarse porque una no quiere que la otra permanezca. 
  No eres tú, soy yo. Se repite internamente para creérselo. Prefiere cerrar puertas, quedarse en su cueva, cerrar ventanas....se abren los fines de semana....complicadas emociones que se mezclan con los pensamientos podridos que te hacen sentirte poca cosa y no merecedor de la Vida.

No quiere hacerse daño y hacérselo a los demás. El otro ha de quererse más. En este proceso de crecimiento personal todos ganamos algo cuando alguno avanza un paso, aunque solo sea mirar al frente aceptar la lluvia que empapa su ropa, su cuerpo, su emoción.

Uno de los dos, sí son dos. 
Uno de los dos tiene roto el corazón y llora. Y llorar y llorar es su único consuelo y defensa.

También lo hizo ella hace años, cuando la vida volvió a encontrarlos.
Ella lloraba, a todas horas, lloraba. No entendía cosas. Ahora a veces, también le pasa  y cada vez con menos frecuencia. 

Ahora baila. Y sonríe. Y llora, no hay por qué dejar de hacerlo. Y pinta y escribe. No hay nada mejor en este mundo que  pintar, bailar y escribir.

La otra parte llora, también llora a casi todas las horas del día y eso no le da consuelo. Lo hace por motivos distintos o no.

                                                 La opción de la distancia está en la mesa de los comensales y es tan larga ésta que apenas se ve el fondo y no se divisa a ninguno de los que están en el otro lado.

Me sorprendió, no le esperaba. Mi corazón sí lo sabía y también mi alma. Quizás sea esto, un pacto de almas donde los dos tengamos que aprender algo que aún no sabemos a ciencia cierta. Casi con seguridad la asignatura pendiente es el AMOR. De uno, de otra, o de los dos.

"Dejar ir al que no está listo para amarte, es de lo más difícil en esta vida y a la vez, lo más importante. Tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar, no lleva a ninguna parte. Hacerte presente para personas que no tienen interés en tu presencia no tiene sentido. Esto roba tu tiempo, energía, salud mental y física.

Cuando empiezas a luchar por una vida con alegría, interés y compromiso, no todo el mundo estará listo para seguirte a ese lugar. Eso no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que debes dejar ir a las personas que no están listas para acompañarte.

Cuanto más tiempo pasas tratando de hacerte amar por alguien que no es capaz, más tiempo pierdes privándote de la posibilidad de esa conexión con alguien más." 
Este texto es de  Anthony Hopkins.

                             Así que empezó a soltar. Ahora de veras, sin rencor, sin temores. Mirando al frente y sin volver la cabeza a mirar atrás. 
Soy un ser maravilloso y quién me conoce lo sabe. Y quién no lo sabe es porque aún no me conoce. No soy la meta de nadie. Nadie que esté perdido debe buscar un cartel que le lleve hasta mí. Porque soy más que eso. Soy el camino, el paisaje que acompaña, lo que se siente, soy luz.

                      Si dejas de aparecer, tal vez no te busquen. Si dejas de intentarlo, tal vez la relación termine. 
Tal vez si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanecerá oscuro durante semanas.
                              
                                                 Eso no significa que arruinaste la relación, para nada. 
Significa que lo único que la sostenía era la energía que solo tú dabas para mantenerla.
 Eso no es amor, es apego. Es querer dar una oportunidad a quien no lo merece. 
Tú mereces mucho.

Y así fue como un día cualquiera de noviembre cogió las riendas de su vida, no recuerda ya el número de veces de esta vez y comenzó a caminar hacia delante consigo misma. Con su sonrisa, con sus incertidumbres, con sus verdades e inquietudes. 






Eire MTC  26 de noviembre de 2020.

















Diez años no son nada. O sí. De cómo este año

 Este 2020 será recordado por todos: por los hombres, las mujeres, los abuelos, los niños y adolescentes y hasta a los animales se les quedará en el ADN. Desde que comenzó, que yo lo inauguré en Madrid viendo a unos amigos. Eso que te dicen que me voy pasao mañana y vuelvo el viernes. Pues me voy contigo. Así soy para las decisiones.

Año diferente por lo que pasaba en otros países que no es que fuera muy diferente a lo de otros años, pero tampoco, era como aquéllos. Los tres primeros meses pasaron como muy deprisa, como pasan los primeros meses de cualquier año. Luego es como si se asentaran las horas hasta que llega la semana santa y con las ferias y los primeros días de caló se aceleran los días hasta que llega junio. Poco a poco se instaura el verano. Había rumores y qué, siempre los hay. Teníamos que habernos puesto sobre aviso cuando escuchamos lo del murciélago allá por finales de enero. Pero como no contrastamos la información con la de otros países, yo no hablo otro idioma distinto al español y muchos de los que me rodean, tampoco, por no decir nadie. Ni se escuchan más de dos radios diferentes, quién la escuche. En fin, que actualmente estamos en la época en la que tenemos más acceso a la información y resulta que estamos más desinformados que nunca. Es muy sutil. No lo vemos, no huele, no sabemos dónde está ni quién lo puede tener.

2020 está en el ranking de los años difíciles, de aquél en que perdí el curro, en el que conocí a aquella chica con la que comparto mi vida; el año que me dejaron y que yo creía que era feliz; fue el año en que murió mi madre y mi prima estuvo muy malita ingresada durante cuatro meses por culpa del bicho; el año que decidí dejar de poner a los demás por delante de mí; fue el año que reconocieron que yo les hacía bien, pero ya era tarde; fue el año en que murió Pau y muchos más; fue el año que mi niña se marchó a estudiar fuera; fue el año que me quedé embarazada a mi costa y morí en el parto; fue el año que seguía enfadado por todo lo que ocurría y le echaba la culpa a mi jefe por mi triste vida; fue el año en que sonreír se me hizo duro; fue el año que volví a encontrármela y fue como si nunca hubieran pasado los años.

Año diferente por la pandemia, las mascarillas. ¿Te acuerdas cuando veías a algún japonés con ella puesta y pensabas “exagerá”? pues ahora tienes tres y las de papel que tiras cada cuatro horas. Han cambiado hábitos, la utilización de la tecnología. El ordenador ha cobrado protagonismo con el trabajo online. Los ERTES, despidos. Hay más necesidad y ahí estamos esperando no sé que cosa queremos que ocurra. Restricción de horarios, salidas a la calle, toques de queda.. La gente tiene miedo. No quieren que nos acercarnos a los demás por si nos contagiamos. Hay que ser conscientes de que nos están controlando por lo bajini como decimos por aquí. Lavado de manos frecuente, geles hidroalcóholicos en cada espacio al que se entra, geles virucidas. Saludos con el codo, que si ahora un corazón con las manos, omeee por favor.....

La vida nos ha cambiado en poco tiempo. Incorporamos los nuevos métodos y situaciones, o desaparecemos. Esa es la realidad. Te adaptas o te quedas fuera, de lo que sea. No es resignación, te adaptas y avanzas.

No tengo miedo. Hay cosas que no entiendo y quieren hacernos ver que no hay. Algunos como yo, lo virtual lo llevamos peor que otros. Ni que decir tiene que si hay reunión online, ahí estoy yo. Que se queda para pintar por messenger, ahí he estado yo los tres meses de confinamiento. Y aún alguna que otra tarde me conecto para estar con mis compis y amigas de Madrid, Santander y Asturias. Que no se puede salir, pintar lo que se ve a través de una pantalla en algún rincón de nuestra bonita TIERRA.

Así cada año por el mes de octubre, llega a Cádiz el FIT, Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz. Me entero por mi compañera Koki que hay una actividad en la que se puede participar. Con el jaleo de comienzos de curso, los protocolos en la Escuela,, mis propias historias..... se me olvida apuntarme. Este otoño he estado muy enfrascada en mis historias propias.

Voy al teatro con nuestra querida Chari y me encuentro a Jose, de los Skecthers y me dice: “Mar, ¿te has apuntado?” “¿ A qué?” Le contesto. Y me lo cuenta. Al día siguiente me envía el enlace y a los diez minutos ya estaba apuntada.

Este año se cumplen diez años en mi vida de varias cosas: diez años en la Dirección de Escuelas Infantiles, diez años que soy psicóloga y diez años que me subí por última vez a un escenario. No es que me haya acordado de todo a la vez, que va, para nada. Lo de la Escuela Infantil, es mi profesión y comencé en Los Barrios y el recorrido por todos ellas es para estar orgullosa del trabajo, de la implicación y de lo conseguido en lo profesional y en lo personal. Lo de psicología, ya os lo cuento en otro momento, pero sí, también hace diez años que ya tengo el título. Y lo de subirme a un escenario también me vino el recuerdo después incluso de haber actuado en el Falla. En estos años he hecho animación teatral, cuentacuentos, representaciones para los niños... teatro teatro, no.




Dibujo de Jesús, de las dos Virginias y de María, compis del Atlas.

Así que subirme al Gran Teatro Falla, al Gran Teatro Falla ha sido una gozada y un sueño cumplido. No solo por volver a subirme a un escenario sino por hacerlo en éste y dentro del Festival al que cada año dedico alguna que otra tarde porque disfruto mucho viendo una puesta en escena.

Aún con la resaca emocional en el cuerpo y en el pensamiento, he caído en la cuenta que lo que realmente yo quería era participar en el FIT y mira por donde, los dos sueños se han hecho realidad a la vez. Sentir los focos. Los aplausos y como a medida que vas hablando te emocionas, te envalentonas.... y sabes que eres capaz. Sonríes por dentro y por fuera. Vuelves a mirar a los focos y a la cámara. El goce tremendo en el cuerpo y en el alma es festivo, colorista, bello, sublime.

El proyecto ATLAS, de lo personal a lo colectivo y como solo desde el grupo cobra fuerza el impulso, la energía y la belleza. Juntos podemos hacer y cambiar lo que nos propongamos.

Elena, la profesora anarquista, coja y feminista.

Y estando allí, el coreógrafo y las bailarinas nos dicen que falta gente, que si tenemos algún amigo o amiga. Y me acordé de él, de nuestro querido Luis. Sé que ha disfrutado como un niño. Incluso ha bailado, que él no lo hace. Se ha descubierto y eso me encanta.

Enhorabuena Luis!!!. Yo me siento afortunada por todo lo que la vida me pone en el camino y me hace disfrutar de ello.

EIRE MTC.

27 de octubre de 2020, ampliado el 22 de noviembre de 2020.


Otra foto de distintos compañeros mientras escuchábamos las explicaciones para la sesión del jueves 22 de octubre. Resalta Kathya, una de las bailarinas.